domingo, 20 de febrero de 2011

Juan Moreira, ballet e historia en el Cervantes

La obra está basada en el mítico folletín de Eduardo Gutiérrez (1884), en una adaptación de Manuel Maccarini y Leonardo Napoli –también director de esta puesta–, sobre una nueva partitura de Luís María Serra y Agustín Pocho Leyes. Se trata de una recreación que en 1973 escribieron para el célebre film de Leonardo Favio.

La coreografía es de Margarita Fernández; la iluminación, de Roberto Traferri; el vestuario, de Francisco Ayala; y la escenografía, de Analía Pereira Das Vinhas y Héctor Alejandro Battipede. 

En la grabación de la banda sonora participaron el Coro Nacional de Jóvenes, dirigido por Néstor Zadoff, y la cantante Maria Inés Pereira, además de un importante grupo de instrumentistas. El resultado reúne estilizaciones de lenguaje folklórico, armonías y ritmos contemporáneos, y elementos electroacústicos, según las necesidades dramáticas del guión, y se destaca en ella el popular tema central, que en su oportunidad se convirtió en suceso radiofónico y discográfico, más allá del film.

Producido por la Dirección Nacional de Artes de la Secretaría de Cultura de la Nación, la obra es básicamente coreográfica, aunque cuenta con breves textos y una canción. Constituye la primera gran producción de este tipo encarada por el Ballet, que en 2010 cumplió 20 años desde su creación como tal, por entonces dirigido por sus fundadores, Santiago Ayala y Norma Viola, y cuyo lenguaje basado en el baile y la expresión popular también se recrea y actualiza en esta puesta.

"Juan Moreira" revive una vez más la historia verídica del gaucho muerto por las fuerzas policiales bonaerenses en 1874, noticia que causó conmoción en su época y que dio origen a la novela que Gutiérrez publicó en 1880, luego adaptada por él mismo como lo que llamó "mimodrama" y que -representada en el circo criollo- se la considera hoy fundadora del teatro rioplatense. Esto fue cuando en 1886, José Podestá tomó aquel mimodrama, le agregó textos extractados de la novela y representó él mismo esta versión durante décadas, convirtiéndola en uno de los mayores hitos del teatro argentino.

Posteriormente, la historia fue llevada dos veces al cine mudo: en 1908 y en 1923, las dos con dirección de Enrique Queirolo y con el título "El último centauro"; y tres veces al cine sonoro: en 1936, dirigida por Nelo Cosimi, en 1948, con dirección de Luis José Moglia Barth, y en 1973 con dirección de Favio. Esta última tuvo un éxito sin precedentes en el cine local, ya que fue vista por casi tres millones de espectadores. En 1983 fue también una novela gráfica de José Massaroli, publicada primero como historieta y compilada en libro en 2010.

No hay comentarios:

Publicar un comentario