miércoles, 8 de diciembre de 2010

La danza en el país de las maravillas

Alicia en el País de las Maravillas
Los docentes y alumnos del Seminario de Danza Clásica Nora Irinova, dieron cátedra de danza con la puesta de Alicia en el País de las Maravillas, que se presentó el domingo, lunes y martes en el Teatro del Libertado. Egresaron ocho nuevas bailarinas y hubo premios y reconocimientos para docentes y alumnos.

Por Luisa Heredia





El martes por la noche asistimos a un espectáculo de calidad, excelencia y emoción. El Seminario de Danza Clásica Nora Irinova, presentó Alicia en el País de las Maravillas, como cierre de su ciclo lectivo 2010 y como cierre de los festejos de su cincuentenario.
La dramaturgia, puesta en escena y dirección general estuvo a cargo de la directora del Seminario, Cristina Gómez Comini, la coreografía es autoría de los docentes del Seminario de Danza: Paulina Antacli, Valeria Brizuela, Jordana Chacar, Cecilia Clos, Patricia Ferrer, Sonia Gili, Cristina Gómez Comini, Evelyn Jure, Marcelo Mangini, Axel Slodki, María Esther Triviño. Coreógrafo invitado: Maucirio Arnedo.
La música estuvo compuesta y producida por José Halac con la colaboración de compositores egresados y alumnos de la Escuela de Artes, Departamento Música : Mónica Romero, Federico Cámara-Halac y Leonardo Pérez.
También participaron con la escenografía y vestuario Rafael Reyeros; diseño de luces, Nicolás Ghitti entre otros colaboradores de esta puesta de lujo.
El desafío era mayúscula, porque había que poner pasos y magia a una historia tan conocida (con películas incluidas) por los espectadores. Y el desafío fue superado largamente, porque se logró una puesta fresca, llena de pasos de danza, con roles mimados, juegos escénicos propios de bailarines profesionales y una prolijidad pocas veces vista.
Las diez egresadas: María Candelaria Arnaudo, Lucía Farías de la Torre, Ana Gabriela Fernández, María Lourdes Juárez, Nadiné Iliana Martín, Cinthia Ayelén Pian Díaz y Brenda Mercedes Vera.
Si bien de las egresadas se espera lo mejor, dieron más que eso, porque en parte y hasta tanto entren a una compañía o eljan otro camino para sus vidas, fue una despedida del escenario.
El cuerpo de baile, integrado por las alumnas de los cursos inferiores, también entregaron cuerpo y alma en el escenario.Con la intensidad de quien ama y vive lo que está mostrando.
El Teatro colmado de espectadores, tanto familiares como público en general que se acercó hasta la boletería para ver de qué se trataba esta Alicia, se fue con el alma llena de emoción.
Al final la entrega de los diplomas a las bailarinas, fue uno de los momentos más conmovedores de la noche, y se notaba en la voz de Cristina Gómez Comini, que recordó el paso de esas bailarinas desde que ingresaron como aprendices de cisnes y hoy tienen vuelo propio.


<b>El adiós de Paulina Antacli</b>

La ex bailarina, coreógrafa y docente del Seminario se jubiló y esto motivó un reconocimiento a su trayectoria. A partir de ahora la "sacerdotiza de la danza" como alguna vez alguien la describió, deja el traje de hacedora de bailarines, para seguir vinculada, desde algún lugar, al Ballet Oficial.
Paulina recibió el aplauso cerrado de sus colegas y alumnos y también del público que la vio en todos los roles posible: bailarina, maestra, coreógrafa y en buena medida, la fibra del Ballet Oficial.
La niña que veía películas en blanco y negro de ballet, que vio cumplidos casi todos sus sueños, estaba desbordada por la emoción, porque tal vez recordaría todas las veces que se tomó de la barra, se subió a las puntas y llenó de magia el Libertador.
Cuando las luces del viejo Rivera Indarte se apagaron, las voces se callaron, y la ciudad retornó a la calma  Paulina seguramente miró hacia atrás, y se dijo íntimamente: sueño cumplido.

<b>Emoción y reconocimiento</b>

Otras de las nota de emoción la dio el papá de Wilma Giglio que subió al escenario a recibir el diploma de su hija, que tamién es egresada del Seminario, pero que no estuvo presente porque cumple una beca en Canadá, otorgada por el certamen Prix de Laussane, en reconocimiento a sus logros.

El reconocimiento fue para Winona Capra Zelarayán, que en cinco años que lleva en el Seminario, no faltó ni un solo día. Este premio es muy importante, por el esfuerzo que significa asistir a clases a diario, sumado a las exigencias escolares y la vida de niña que seguramente Winona también tiene.
Su hermano, Wenceslao, tuvo asistencia casi perfecta, con tres faltas en cinco años.

No hay comentarios:

Publicar un comentario