El Amor Brujo (Foto, Angela Carioni)
Por Luisa Heredia
Comentario de la presentación del Ballet Oficial de Córdoba y la Orquesta Sinfónica con las obras Imágenes (De Benedetti-Debussy) y El Amor Brujo (Araiz-De Falla). Función del viernes 27 de agosto, 21.30
El Amor Brujo (Foto, Angela Carioni)
El jueves debutó el Ballet Oficial de Córdoba con el doble programa Imágenes y El Amor Brujo: un estreno y una feliz reposición.
Imágenes, es una creación del experimentado coreógrafo Guido De Benedetti, que puso para la compañía, una coreografía neoclásica, con un argumento interesante y un bella música como es Imágenes para Orquesta de Claude Debussy.
En Imágenes, prácticamente la compañía en pleno subió a escena, y en general se vio un buen trabajo escénico. Quizá hubo desajustes en los movimientos de conjunto, pero nada que empañe la puesta general.
De Benedetti tiene oficio de sobra y supo sacar lo mejor, tanto de los solistas como del elenco. Quizá por eso apostó por Noel Rohner para uno de los roles centrales. Este joven bailarín, aprovechó la oportunidad y dejó el alma en el escenario.
La misma sensación dejó la performance de Pablo Villalba, que cada año muestra cómo se consolida en escena.
Las mujeres del Ballet, también aportaron lo suyo de manera muy profesional. Gabriela Onaindia, Sofía González y Mariela Raggessi, sostuvieron con técnica e interpretación buena parte de la trama de Imágenes.
En tanto que Valeria Brizuela sacó a relucir sus dotes técnicas y le dio el toque de fiereza que la pieza requería.
En cinco movimientos, De Benedetti resolvió Imágenes, que como ya había anticipado en diálogo con Córdoba Danza, no era una tarea sencilla.
Quizá faltó tiempo para aceitar los movimientos de conjunto y el coreógrafo, que se ubicó en las cazuelas, para ver la obra, también lo advirtió.
El Amor Brujo
Esta pieza de Oscar Araiz, la estrenó el Ballet Oficial en 2001, y en esa oportunidad Araiz explicó que el ballet era una suerte de coro, en el que cada bailarín, salía, mostraba y volvía a la formación. Cinco parejas que lucieron muy sólidas, en las danzas y en las interpretaciones.
Más allá de seguir la música de Manuel De Falla, Araiz sabe sacar movimientos, casi únicos, de sus bailarines, por eso el resultado siempre es originalidad pura.
Si bien el maestro Araiz, trabajó en esta reposición, depositó la responsabilidad del día a día en Paulina Antacli, que hizo un trabajo al nivel de los grandes repositores.
La ex bailarina del Ballet Oficial, conoce el elenco, conoce la obra y supo aprovechar muy bien el espacio que le abrió Araiz para también dejar su marca en el orillo de la puesta.
Excelente labor de la Orquesta Sinfónica de Córdoba bajo la batuta del maestro Hadrián Avila Arzuza. Bella interpretación de la cantante Inés Brusco, cuando la obra de De Falla requirió su intervención
Hay que destacar la gran labor de conjunto Ballet y Orquesta, un dueto que se debiera repetir más seguido.También no pasó inadvertido la gran presencia de gente joven en el Teatro del Libertador.